Las vacaciones

Hooooola, bienvenidos a mi blog; “¡Quítate eso ahora mismo!” . Así, a lo loco, que yo no
me muerdo la boca, entre otras cosas porque tengo una de dientes que ni una carrera de caballos.

Hoy voy a hablar de las vacaciones. ¡Ay, las vacaciones! ¡Cuánto tardan en llegar y después qué rápido se escapan! ¡Por favor! ¡Que parece que alguien les grita: “¡Fuego! ¡Fuego!”


¡Qué barbaridad! Y luego vuelves a tu casa y a tu rutina, sí, a esa asquerosilla que te tiene

atrapada, y te parece que todo ha sido un sueño, que jamás te subiste a ningún avión sino que te

pegaste una cabezadita de nada y ya tienes que volver a lo de todo los días. ¡No me extraña que

exista el síndrome postvacacional! Yo suelo llevarlo bastante mal y eso que viajo mucho, como

son muchas las celebrities que me piden consejo, pues al final me doy unas cuantas vueltecillas al

año. Sin ir más lejos acabo de volver de París, pues un afamado diseñador quería enseñarme su

colección antes de sacarla al gran público para conocer mi opinión. La cuestión es que me pareció

un horror y se lo dije. ¿Y qué hizo él? ¿Corregir los vestidos? ¿Escuchar mis Odriconsejos? ¡No!

¡No! ¡Él retiró el habla! ¡¿Os lo podéis creer?! Y al principio por poco no me tira un piano

encima. ¡A mí! ¡Qué decepción tan decepcionante! Cuando enseñe esos trapos piojosos y la gente

huya como si una horda de zombis los persiguieran, que no se queje. La que avisa no es Odri

traidora.

¿A qué estoy guapa? ¡Es que soy lo más de lo más! Lo mío es fotogenia pura. Ya se me ha

olvidado de qué os estaba hablando, así que otro día sigo.

Recordad que sois bellísimos y que no podéis afearos con harapos harapientos y feos. ¡Es

una orden! ¡Uy, el teléfono! Seguro que es la Jolie para preguntarme que se pone para algún

evento. Os dejo. ¡Os quiero, os quiero y os quiero!