¡Qué se me ha roto una uña!

Hoooooola, bienvenidos a mi blog, “¡Quítate eso ahora mismo!”. Hoy me voy a poner seria porque quiero comentar un hecho muy importante que he leído en el el periódico. Resulta que...¡Aggggggg! ¡Qué se me ha roto una uña!
¡No me lo puedo creer! ¿Cómo ha podido ocurrir?¿Y ahora? ¿Cómo voy a salir a la calle con semejante desastre? ¡El teléfono de la esteticista! ¡Por favor, qué catástrofe tan catastrófica! Me da igual si está descansando, esto es una urgencia total. No se me ocurre una emergencia mayor que ésta, la verdad. Es que las uñas dicen mucho de nosotras; que si somos descuidadas, que si somos cochinotas, que si somos uña-caníbales... ¡No puede ser! Mi pobre dedito coronado por semejante tiara de morandanga. ¡Ay, que viene! ¡Que me llega un desmayo! Yo me tumbo “porsiaca”. A ver... Uno, dos, tres, cuatro.... Pues parece que ha pasado de largo. ¡Mejor! Que a mí eso de que alguien me vea estrábica con la lengua fuera no me hace ninguna gracia. ¿Y si un paparazzi me saca una foto en pleno soponcio? ¡Buenoooooooo! ¡El Hola seguro que me sacaría en portada tirada cual trapo de cocina lleno de mugre! ¡Qué horror horroroso! ¡Y perdería todo mi glamour y mis seguidores y....! ¡Ay, que me vuelvo a casi desmayar. ¡Maldita uñaaaaaaaaaaaaaaa!

¡Ah, pues tampoco! Ya sé, me la voy a tapar con una tirita y si alguien me la ve, diré que m he hecho daño practicando surf, que yo no haría tal cosa ni muerta, con ese mar que te deja el pelo como el estropajo de fregar pucheros requemados, pero como queda como muy chic eso de practicar deportes de riesgo donde te tienes que poner horroroso con unas ropas prietas que te convierten en un choricillo marino, pues lo digo y quedo requetegenial. Eso sí, a mis fans os digo la verdad, que yo hasta que no inventen un deporte donde puedas vestirte guapa, yo no muevo ni un músculo así porque sí. ¡En mala hora inventaron el chandal! ¡Vade retroooooooooo!

Por cierto, ¿qué era lo que iba a contaros? ¡Mmmmm! Bueno, os lo cuento otro día que ahor no me viene a la cabeza. Os quiero, os quiero y os quiero. Y recordad: “ La ropa fea te afea”.