viernes, 7 de agosto de 2015

Odri en Roma


Hoooolaaaaa, queridas,
Esta casa es una ruina jijiji
Acabo de volver de Roma. Me he quedado loca con las cosas tan maravillosas y viejas que hay en esa ciudad. Con deciros que he vuelto con dolor de cuello de mirar edificios y ruinas os lo digo todo. He visitado la ciudad del Vaticano y me he dado cuenta de que lo del voto de pobreza se ve que estaba dirigido
a las personas que escuchaban a los curas, no a ellos. ¡Qué de oro tienen ahí metido! Eso sí, en lo que a moda se refiere los sacerdotes van de lo más sosos, pero los cardenales y demás gerifaltes parecen cebollas emperifolladas. ¡Madre mía todas las capas que tienen! Imagino que llevarán unos aires acondicionados escondidos entre las faldas para aguantar aquellas temperaturas, que hacía tanto calor que mis pobres almohadillas casi se me derriten. Los italianos visten bastante bien, pero los turistas...¡Es que no me ven! No importa que nadie te conozca, no importa que estés muy lejos de tu casa, no importa que quieras estar cómodo...¡No!¡No! Esos estilismos de chancletas, bermudas y camisetas horrorosas no puede ser. ¿Cómo vas a disfrutar de una ciudad si vas vestido como un horror? ¡No! Hay que cuidar nuestra imagen y en vacaciones...¡también! Que sí, que la ciudad tiene partes que están hechas polvo y aún así son preciosísimas y valiosísimas, pero eso no te lo puedes aplicar a ti. Si tú vas hecho polvo, ¡eres un polvoriento! La comodidad se mira al comprar un sofá, no al vestir. Al vestir tenemos que buscar la belleza. Siempre lo digo, siempre lo digo.
Os dejo con esta foto maravillosa mía. Ya sé que ni os fijaréis en el fondo estando yo en primera plana, pero os aseguro que aunque todo necesita una manita de pintura, me ha gustado mucho la ciudad y sobre todo sus tiendas, que he vuelto cargada de bolsas llenas de preciosos estilismos. ¡Ciao bella!


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